INTRODUCCIÓN
Las actividades de enfermería no siempre están bien especificadas, lo que lleva consigo una gran heterogeneidad asistencial que impide:
4 que se preste un servicio de calidad (1, 2),
4 que se satisfaga al paciente (1, 2)
4 y que se cumpla la normativa
– de la Ley 44/2003 de ordenaciones sanitarias (3),
– del Código Deontológico de Enfermería (4)
– y de la política de atención sanitaria basada en el paciente (5).
La calidad asistencial, entendida como “la totalidad de funciones y características de un producto que determinan la capacidad para satisfacer las necesidades de un grupo de usuarios”, nos lleva a la búsqueda de la satisfacción del paciente como máximo objetivo sanitario (curar la enfermedad deja de ser el epicentro de la atención) porque, entre otras razones, el paciente satisfecho busca y cumple las recomendaciones médicas, aumentando las probabilidades de éxito de los tratamientos.
Como todos sabemos, el grado de satisfacción surge de “la diferencia entre lo que se espera de un servicio y lo que se obtiene del mismo”, por lo que algo que hay que tener muy presente es que:
4los clientes esperan la misma respuesta de todos los profesionales en todo momento (“homogeneidad”)
4y que la comunicación que se mantiene durante el desarrollo de ésta es un factor decisivo (1).
Respecto a las normas, hay que señalar que
4la Ley 44/2003 especifica que “se tenderá a la unificación de los criterios de actuación que estarán basados en la evidencia científica” (3),
4el Código Deontológico dice que se ha de “investigar sistemáticamente, en el campo de la actividad profesional, con el fin de mejorar los cuidados de Enfermería, desechar prácticas incorrectas y ampliar el cuerpo de conocimientos” (4)
4 y la política de atención basada en el paciente (sustituye al modelo paternalista médico-paciente) consta de cuatro pilares básicos:
– el respeto por sus derechos,
– la corresponsabilidad en el cuidado de su salud,
– la participación en su proceso asistencial
– y la cobertura de sus necesidades, expectativas y preferencias (“satisfacción”), identificadas estas últimas como: accesibilidad, flexibilidad, disminución del tiempo de espera, mayor dedicación, información, participación, entorno agradable que preserve la intimidad, atención integral (“holística”), confidencialidad, empatía, interés, apoyo emocional, profesionalidad, humanización, fiabilidad, seguridad, reputación y restablecimiento (embarazo) (1,5).
Dicho esto, consideramos necesario homogeneizar la atención prestada mediante la elaboración de un documento que defina el ejercicio profesional en reproducción y, para ello, es necesario repasar el marco conceptual en el que nos movemos (los fundamentos de la enfermería y el desarrollo de ésta en la reproducción).
La nuestra es una profesión eminentemente humanista basada en el “cuidado” de las personas con objeto de que recobren, mantengan o mejoren su salud, es decir, su completo bienestar bio-psico-social. Según la Ley 44/2003 (3), dicho cuidado ha de prestarse en un ejercicio profesional que contenga funciones asistenciales, de gestión clínica, docentes, de investigación, de prevención y de información/educación sanitaria, fundadas en unos conocimientos científicos que “deben” permanecer actualizados a lo largo del tiempo para garantizar un correcto servicio a la comunidad, como así especifica también el apartado XI del Código Deontológico de Enfermería (4).
Cada una de estas funciones ha de desarrollarse como una suma de comportamientos (procedimientos), habilidades (destrezas), actitudes y valores (5). Los comportamientos y las habilidades suelen estar definidos y ser aceptados por la mayoría de los profesionales, sin embargo, no sucede lo mismo con los valores y su traducción en actitudes. Tal es así, que el propio Código Deontológico nos hace una llamada de atención al respecto: ”cada vez con más fuerza van aumentando las voces que hablan de ética y de deshumanización…no sea que con la evolución de la Enfermería como ciencia se nos vaya escapando su esencia fundamental, la de los valores que le sirven de sostén” (4).
Dichos valores y actitudes quedan identificados en la tesis que Anna Ramió Jofre realizó en el año 2005 como: estética (creatividad, sensibilidad, imaginación y satisfacción), altruismo (compasión, compromiso, perseverancia, ayuda y vocación), igualdad (aceptación, tolerancia y transparencia), libertad del paciente (capacidad de decisión y autonomía), libertad del profesional (inquietud, autonomía y autodisciplina), dignidad (privacidad, confidencialidad, respeto, confianza y humanidad), justicia (objetividad, protección y equidad de recursos) y verdad (honestidad y responsabilidad).
Por todo ello y por coincidir con lo que los pacientes buscan en nuestra profesión según las encuestas realizadas al respecto en el año 2000 (“la enfermería ha de desarrollar conocimientos científicos y dotes comunicativas/ comprensivas, otorgándoles idéntica importancia”), en el congreso de la SEF (Sociedad Española de Fertilidad) del 2010, la comunicación oral 112 recomendó el modelo de atención de ayuda de Carol Taylor para la enfermería de reproducción, ya que describe las cualidades del profesional como: cognición (capacidad intelectual y técnica), volición (compromiso, involucración), motivación (entrega en el acto de cuidar), expresión (capacidad para mostrar nuestra disposición), amistad (afinidad, conexión, afecto) e imaginación para desarrollar técnicas asertivas.
Respecto a la presencia del profesional de enfermería en las consultas de reproducción, hay que decir que ha estado presente desde sus inicios, ya que el paciente infértil/estéril puede o no padecer un problema físico pero, desde luego, sufre un elevado padecimiento psicológico y social que le hace subsidiario de nuestros cuidados (5) y, desde el año 2008, con la inauguración de las consultas de enfermería de atención a demanda del paciente y por protocolo asistencial, se está demostrando que somos útiles para proporcionar una atención integral (exigencia del punto 1 del Artículo 9 de la Ley 44/2003), rentabilizar el funcionamiento de la Unidad, cubrir las necesidades, preferencias y expectativas de los pacientes (“satisfacción”), y disminuir los errores en la automedicación (5), incluso hay estudios que “orientan” a pensar que el punto de vista holístico que aporta esta profesión puede ayudar a aumentar las tasas de embarazo en ciclos de estimulación ovárica, como así lo expresa el ensayo clínico Terzioglu F del 2001 (7), en el que se evaluó el efecto de la enfermería ante la ansiedad/depresión y el grado de satisfacción del usuario en un grupo de 30 parejas sometidas a FIV/ICSI, comparándolo con un grupo control de otras 30 parejas. Los resultados obtenidos indicaron una diferencia significativa (p<0,05) entre ambos grupos: el grupo experimental sufría menor nivel de ansiedad/depresión y estaba más satisfecho, lo que demostraba la importancia del papel enfermero y, curiosamente, también se observó que dicho grupo consiguió un 26,6% más de gestaciones que el grupo control.
Conociendo estos datos, presuponemos que la definición del ejercicio profesional en las consultas de reproducción puede tener un impacto muy positivo en la calidad asistencial de la Unidad.
En resumen, consideramos necesaria la elaboración de un documento consensuado que recoja el ejercicio profesional del enfermero español en consultas de reproducción para que con él se homogeneicen las actividades que conforman sus funciones asistenciales, de gestión clínica, docentes, de investigación, de prevención y de información/educación sanitaria, basadas en conocimientos científicos actualizados y desarrolladas según el modelo de enfermería de Carol Taylor.
OBJETIVO
Elaborar un documento que recoja el Ejercicio Profesional de la Enfermería Española en las Consultas de Reproducción Humana Asistida, mediante una técnica de consenso.
MÉTODO/ANÁLISIS DE DATOS
Para realizar este estudio se ha elegido el método Delphi, técnica de investigación desarrollada por la RAND Coorporation en los años 50 para obtener el consenso de expertos sobre temas complejos (8).
El ámbito del estudio es nacional y la población elegida para colaborar como experta en la materia ha sido identificada, básicamente, por la directiva del Grupo de Enfermería/Paramédico de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
Dicha directiva se ha puesto en contacto con aquellos miembros de la Sociedad que son referentes nacionales de enfermería en el tema que nos ocupa, les ha informado de nuestro estudio y nos ha proporcionado los correos electrónicos de los que han aceptado recibir nuestra invitación para participar en él, ya que todos los contactos entre investigadores y expertos se han realizado por email.
En la invitación se ha informado sobre el objetivo y el método del estudio, y se ha solicitado el consentimiento a participar en él. Una vez se han recibido los consentimientos, ha quedado definido un grupo de 9 expertos (cuadro 1).
Por otro lado, se ha elaborado un listado de 42 actividades (tareas que se realizan para cumplir una función) en base a la Ley 44/2003 (3), el Código Deontológico de Enfermería (4), las actividades que se están realizando en distintos centros públicos y privados del país, y la política de atención basada en el paciente (5). (Tabla 1)
Dicho listado se ha enviado a los expertos para que valoren la presencia de cada actividad en el ejercicio profesional de las consultas de reproducción, mediante una escala tipo Likert. (Tabla 1)
Tras recibir los cuestionarios cumplimentados se han analizado las respuestas y (cuadro 2) se ha creado un documento en el que aparece cada actividad indicando si es apta para formar parte del ejercicio profesional, es decir, si ha sido valorada, por al menos el 85 % de los expertos, como indiferente, recomendada o imprescindible. Dicho documento ha sido enviado a los expertos para que expresen su conformidad/disconformidad con el resultado obtenido, se han analizado los comentarios y se ha elaborado el consenso definitivo sobre las actividades que forman parte del ejercicio profesional de la enfermería española de consultas de reproducción.
RESULTADOS
El porcentaje de respuesta ha sido del 100 %.
El estudio acepta todas las actividades descritas para conformar el ejercicio profesional (gráficos del 1 al 17) con una convergencia de opinión de expertos del 89-100% (superior al 85 % exigido por el estudio).
Se han calificado como actividades imprescindibles (al menos el 85 % de los expertos las considera imprescindibles).
Las actividades menos destacadas en el ejercicio profesional han resultado ser: informar sobre las patologías (sólo el 78 % las considera recomendables/imprescindibles), gestionar la documentación clínica (sólo el 78 % las considera recomendables/imprescindibles), realizar controles de calidad (sólo el 78 % las considera recomendables/imprescindibles ), realizar citologías (sólo el 78 % las considera recomendables/imprescindibles), registrar incidencias laborales (sólo el 78 % las considera recomendables/imprescindibles ), solicitar pruebas diagnósticas (sólo el 67 % las considera recomendables/imprescindibles) y gestionar el destino de pre-embriones/gametos crio-preservados (sólo el 56 % las considera recomendables/imprescindibles).
DISCUSION
La heterogeneidad asistencial de la enfermería en las consultas de reproducción asistida hace necesaria la definición de su Ejercicio Profesional para mejorar la calidad asistencial y el grado de satisfacción del usuario, y cumplir con la Ley 44/2003, el Código Deontológico de Enfermería y la política de atención sanitaria basada en el paciente.
Con objeto de paliar esta necesidad, se ha elaborado el presente estudio Delphi, ya que este método ha demostrado ser útil para definir prioridades, necesidades, ámbitos de actuación, contenidos de Servicio y competencias profesionales, pese a tener una limitación derivada de su carácter cualitativo: la subjetividad de expertos e investigadores (9).
Tras valorar sus resultados, podemos decir que el Ejercicio Profesional de la Enfermería Española en Consultas de Reproducción Humana Asistida lo conforman las siguientes actividades: asistir al médico, mantener operativas las consultas, controlar citas y listas de espera, realizar la estadística asistencial, registrar incidencias laborales, participar en proyectos de investigación, participar en planes de mejora, participar en la organización de la Unidad, realizar controles de calidad, mantener la formación continuada, formar a otros profesionales, recibir a los pacientes nuevos, establecer una relación asertiva con ellos, informar sobre el proceso asistencial, informar sobre las técnicas, informar sobre la fisiología, informar sobre las patologías, informar sobre aspectos legales/administrativos, informar sobre el autocuidado, informar sobre la mediación, detectar/solventar necesidades reales/potenciales de los pacientes (idioma, estrés, dudas), registrar constantes vitales/peso/perímetros, realizar extracciones sanguíneas, realizar citologías, realizar inseminaciones artificiales, realizar curas, administrar medicación, solicitar pruebas diagnósticas, decidir en base a protocolos, gestionar documentación clínica, gestionar pre-embriones crio-preservados, gestionar gametos crio-preservados, registrar la atención prestada, atender por protocolo establecido, atender a demanda del paciente, atender a demanda de otro profesional, atender personalmente, atender telefónicamente, atender en consulta de enfermería, atender en consulta médica, atender individualmente y atender en grupos.
Recomendamos la implantación de las actividades consideradas “imprescindibles” (participar en planes de mejora asistencial, participar en la organización del trabajo de la unidad, informar sobre aspectos legales/administrativos, detectar/solventar necesidades reales/potenciales, atender por protocolo establecido, atender personalmente, atender en una consulta de enfermería, informar sobre el autocuidado, informar sobre la medicación, realizar extracciones sanguíneas, realizar curas, administrar medicación, tomar decisiones basadas en protocolos validados, atender individualmente y atender en grupos) y la incorporación del resto de actividades, adaptándolas a las necesidades del centro de trabajo, haciendo que tanto unas como otras formen parte de una cooperación multidisciplinaria con integración de procesos, protocolos y continuación asistencial, como así lo exige la Ley 44/2003 (3).
CONFLICTO DE INTERESES
Se declara que no existe conflicto de intereses entre los autores y el presente artículo.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecemos el apoyo recibido por parte de la Unidad de Apoyo a la Investigación del HGUGM, el equipo de la Sección de Reproducción Humana Asistida del
HGUGM, la Dirección del Grupo de Interés de Enfermería de la SEF y, desde luego, el Grupo de Expertos.
Apoyos recibidos
Departamento de Investigación de Enfermería del HGUGM.
Comité Ético de Investigación Clínica del HGUGM.