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Editorial

Embriones Sobrantes

Autores:
Dr. Javier Nadal Pereña Director de la Unidad de reproducción Asistida de Centro Médico Teknon Director del “Programa Dona-Dona” de Donación de Óvulos. Miembro del Grupo de Ética y Buena Praxis de la Sociedad Española de Fertilidad.

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No es nada fácil situar cuál es o debe ser el papel de los embriones sobrantes en este mundo convulso, con cada día mas “indignados”, flacas economías y enormes injusticias sociales, éticas totalmente discutibles, movimientos migratorios tremendos y cambiante color de las políticas y los políticos, religiones diferentes y su repercusión sobre sus feligreses, la investigación y sus fantásticos logros ó las economías derivadas de ellas (vistas como justas ó como negocio) y por supuesto, la evidente recesión económica mundial de la cual nadie se hace responsable.



Con la comunicación en 1984, del primer nacimiento de un bebé obtenido de un óvulo donado y poco después de otro procedente de un embrión donado, el programa de crío-conservación de embriones, ha supuesto uno de los mayores avances en las técnicas de reproducción asistida, modificando la práctica diaria en todo el mundo, generando muchas ventajas y no pocos problemas ético-jurídicos.



Las parejas estériles que recurren a una técnica de reproducción asistida como la FIV o la donación de óvulos, generan habitualmente varios embriones en el laboratorio, donde se catalogan, transfiriéndose los de mejor calidad.



Donde la legislación lo permite, los embriones supernumerarios tienen la opción de su crío-preservación, con el fin de disponer de un segundo intento si el primero no finaliza en un embarazo a término. Se puede tener también el fin secundario de tener un hijo histocompatible para sanar a otro ya nacido con enfermedad grave. Otra opción es simplemente congelarlos para futuros intentos de auto-transferencia.

 

Se estima que de las más de 200 naciones en el mundo que ofrecen tratamientos de infertilidad-esterilidad, sólo 41 de ellas tienen programas de donación de embriones. En otros 14 países, la donación de embriones está prohibida por Ley (Alemania, Austria, China, Dinamarca, Eslovenia, Israel, Italia, Letonia, Noruega, Suecia, Suiza, Taiwán, Túnez y Turquía)



Si pensamos en un país como China y en su población, ¿cuál sería el número de embriones congelados que podría almacenar? Sólo con su política del “hijo único”, evitan el nacimiento de 200 millones de personas al año.



Los avances en la estimulación ovárica, las pautas low, la vitrificación oocitaria y sus excelentes resultados, la no transferencia con congelación de todos los embriones en los ciclos con riesgo de hiperestimulación ovárica, las grandes respuestas en pacientes con ovarios poliquísticos y los programas de donación de óvulos con transferencias asincrónicas, modulan el número de embriones que van a congelarse y han cambiado el panorama a la hora de tomar decisiones.



Para determinadas parejas ó mujeres solas, el dilema ético de tener embriones congelados y su posterior destino, puede condicionarles respecto a cuántos oocitos deciden fecundar, además de la actual y muy exitosa posibilidad de vitrificar los ovocitos.



Las leyes de cada país, limitan las posibles actuaciones. Nuestra Ley 14/2006 del 26 de Mayo (absolutamente vigente), dice en su capítulo III, artículo 3 (sic): “Los pre-embriones sobrantes de la aplicación de técnicas de FIV que no sean transferidos a la mujer en un ciclo reproductivo, podrán ser crío conservados en los bancos autorizados para ello”.



En su punto 4, nos indica los diferentes destinos que podrán darse a éstos embriones:

    a.- Su utilización por la propia mujer ó su cónyuge.

    b.- La donación a otras mujeres con fines reproductivos.

    c.- La donación con fines de investigación.

    d.- El cese de su conservación.



Al ser el programa de donación de embriones totalmente dinámico, entran y salen embriones de  forma constante, por lo que es muy difícil conocer exactamente su situación real.



En nuestro país (como en casi todos), se desconoce el número de embriones congelados que existen. Sólo en Catalunya en el estudio FIV-CAT, se controla éste dato año tras año. En el 2008 había más de 65.000 embriones congelados en el total de los centros homologados catalanes.



En la actualidad, se está realizando un censo a nivel nacional. Animo desde esta editorial, a la máxima participación de todos los centros públicos y privados. Seguramente la cifra pueda situarse sobre los 200.000 embriones congelados ó más.



En EEUU, en el NEDC (Nacional Embryo Donation Center), Centro sin ánimo de lucro, y constatado en el congreso de la ASRM de Orlando en octubre 2011, se estima en unos 500.000 los embriones humanos criopreservados, de los cuales solo un 2% de ellos estarían disponibles para donación.



Algunos científicos estadounidenses abogan por la adopción de embriones, para paliar el coste de almacenamiento de miles de embriones criopreservados en clínicas privadas, centros de investigación y universidades. Los costos de almacenamiento pueden llegar a ser de 850 euros/anuales por cada grupo de embriones. El Departamento de Salud y Servicios Humanos de USA, subvenciona y fomenta desde 2009 la formación de profesionales que puedan asesorar a las parejas e intentar decantarlas hacia esta opción.



Sobre la inevitable pregunta, que creo no debe obviarse en ésta Editorial: ¿Es la donación de embriones un negocio?

La respuesta es ROTUNDAMENTE NO.



La calidad científica y ética en nuestro país es inmejorable. No puedo dejar de denunciar sin embargo, acciones que aunque anecdóticas no son menos graves, como ofrecer regalos ó premios en forma de ciclos de FIV ó donación, que además de estar prohibidos por nuestro Colegio de Médicos y su Código Deontológico, afean y desmerecen nuestra bien ganada reputación.



Un gran número de parejas ó mujeres solas que, tras varios intentos fallidos de FIV, IAD, Donación y que por su edad, calidad embrionaria, situación económica…, tienen en la donación de embriones su única posibilidad.



Los detractores de éstas técnicas en la mayoría de los casos no tienen problemas de fertilidad ó no las necesitan. A lo mejor, deberían cuestionarse si lo único que sobra es hipocresía, aunque pocos se atreven a reconocerlo.



El menor coste de la técnica (de 2000 a 3000 euros en España) tal vez sea la razón y la única y última posibilidad para algunas mujeres. Esto explicaría el aumento de la demanda que se ha producido en nuestro país (un 50%).

El éxito de la donación de embriones varía entre el 25 y el 50%. A pesar de que en ésta técnica se elimina la contribución genética de ambos padres, permite a la mujer vivir la experiencia del embarazo y parto.



Si pudiésemos descongelar todos nuestros embriones, un número notable de ellos no serían aptos por mala calidad o tendrían anomalías cromosómicas. Es importante constatar que existen múltiples revisiones que confirman la buena evolución de las gestaciones y de los recién nacidos procedentes de embriones congelados de más de 10 – 15 años. Incluso hay citas de que a mayor tiempo de congelación, mejores resultados.



La experiencia en países con más de 10 años en programas de donación embriones, nos enseña que la adopción de los mismos es algo infrecuente.



La mayor parte de las parejas prefieren recibir sólo óvulos y/o espermatozoides, para poder fecundarlos con los gametos del miembro fecundo de la pareja. Hay una gran resistencia a donar embriones de sus propios ovocitos a otras parejas. No así, si proceden de ovocitos donados.



En un estudio realizado en Australia (de los pocos que hay) sólo contestó el 22% de las parejas y de estas sólo el 2% optó por donarlos a otras parejas. Es posible que esta cifra tan baja esté condicionada por el motivo de que en dicho país, los recién nacidos pueden solicitar a los 18 años información de sus progenitores.



Un estudio canadiense demuestra que la opinión sobre donar ó no los embriones en el momento de la congelación ó cinco años más tarde varía totalmente. Sólo el 8% los donaría a otras parejas.



A pesar del notable éxito de la Donación de Embriones, el mayor obstáculo parece ser el número de embriones realmente donables.



Los consentimientos informados permiten decidir de forma no vinculante, el destino de los posibles embriones sobrantes. En realidad, sólo el 40% de las parejas lo hace y sólo el 4% decide donarlos a otras parejas.



La triste realidad es que un gran número de parejas se desentienden de sus embriones congelados, no contestando a nuestras cartas y llamadas, no haciéndose cargo de sus obligaciones económicas en la conservación de sus embriones, impidiendo la asignación de los mismos.



La existencia de tantos embriones congelados en todo el mundo y que no se donan, no es debido a problemas de falta de información, técnicos ni metodológicos, se debe sobretodo a actitudes éticas.



El viejo dogma “nunca sobran embriones” tendría que revisarse.



Hay voces muy notables que sugieren, por difícil que sea, un único banco de embriones congelados como ocurre con la médula ósea ó el cordón umbilical, accesible a todos aquellos que lo necesiten.



En realidad parece otra utopía, cuando hace mas de 15 años que esperamos el Registro Nacional de Gametos.



Esperemos que ésta Editorial contribuya por fin a conseguirlo.





Barcelona, Noviembre 2011


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Revista Iberoamericana de Fertilidad y Reproducción Humana
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Una publicación de Editorial Médica

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