Curriculum Vitae
Formacion academica
< Licenciatura en Ciencias Biológicas, año 1984, Universidad Complutense de Madrid.
< Tesis de Doctorado en 1991: Ureaplasma urealyticum en infertilidad masculina (Sobresaliente “cum laude”).- Universidad Complutense de Madrid
Situación profesional actual
< Subdirectora Clinica Tambre.
< Responsable de los Laboratorios de la Clínica Quirúrgica Tambre: Laboratorio de Andrología y Banco de Semen, y Laboratorio de Embriología. Fecha de Inicio: Octubre de 2000.
< Secretaria de la Fundación Tambre (marzo 2003)
< Responsable de Calidad de la Clínica Tambre (c/Tambre nº 8, 28002 Madrid)
Actividades anteriores de carácter profesional
< 1985-1998: Bióloga Adjunta Laboratorio Andrología Hospital Ramón y Cajal, Madrid.
< 19998-99: Bióloga Laboratorio Andrología y FIV, Instituto Madrileño Esterilidad
< 1999-2000: Responsable Laboratorio Andrología, FIV-Madrid
< 2000-2010: Directora Laboratorios Clínica Tambre, Madrid
< 1991-92: Estancia con beca post-doctoral, emitida por el Center for Research on Reproduction and Women´s Health (Department of Obstetrics and Gynecology, University of Penssylvania Medical Center) de Filadelfia, USA
OTRAS CIRCUNSTANCIAS DE INTERÉS
< Miembro del Comité Científico y del Comité Editorial de la Revista Internacional de Andrología y Salud sexual reproductiva, editada por la Sociedad Española de Andrología (ASESA).
< Miembro del Comité Científico de la Revista Iberoamericana de Fertilidad.
< Vicepresidenta de ASEBIR (2001-2005)
< Vicesecretaria de la Sociedad Española de Andrología (2005-2009)
< Tesorera de la Sociedad Española de Andrología (2009-2013)
< Vocal de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) (2008-2010)
< Coordinadora del Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la Sociedad Española de Fertilidad.
< Miembro del Comité de Ética de la Fundación Tambre.
< Título de Especialista en Reproducción Asistida Humana de la ESHRE.
< Profesora del Master de Reproducción Humana de la Sociedad Española de Fertilidad y Universidad Complutense de Madrid.
< Profesora del Master de Reproducción Humana de la Universidad Miguel Hernández de Alicante.
< Organización de los V Simposios Internacionales de la Fundación Tambre, celebrados en el Palacio de Congresos de Madrid los años 2004, 2006, 2008, 2010 y el próximo mes de diciembre de 2012.
< Asesora internacional para Centros de Reproducción Asistida (GEN Network, Merck Serono), desde enero 2012
Entrevista
Rocio Nuñez Calonge
Embrióloga Clínica Tambre
Madrid
Buenos días, Rocío. Hasta donde yo sé, diriges los laboratorios de la Clínica Tambre y te interesa mucho el trabajo de calidad o, lo que es igual, la calidad en el trabajo. Estoy seguro de que a los lectores de la revista les gustará conocer algo más de tu vida profesional. Es posible que a algunos de los lectores jóvenes les pueda ser de utilidad conocer mejor tu trayectoria profesional. ¿Puedes describir tu situación profesional actual?
Actualmente, aunque dirijo los laboratorios de la Clínica, mi trabajo es más de gestión que asistencial. Asisto a todas las sesiones diarias con los médicos, enfermeras y laboratorio sobre los ciclos en marcha que se realizan, doy mi opinión al respecto y conozco que es lo que se hace en la Clínica en todo momento, pero, afortunadamente, tengo un equipo de embriólogos excelente, y puedo delegar en ellos el trabajo que se hace en el laboratorio.
Sin embargo, ahora mismo, me ocupo, no solo del laboratorio y su gestión, sino del resto de la Clínica, vista como una unidad donde todos tienen participación y todo influye en el resultado final.
¿Cómo empezó todo? Es decir, qué te llevó a estudiar ciencias biológicas y más concretamente, cuáles han sido las razones que te decidieron a estudiar y trabajar en reproducción humana? ¿Cuál fue tu primer contacto con la medicina reproductiva?
Desde niña tenía claro que quería estudiar y dedicarme a un trabajo de laboratorio. Siempre me ha apasionado. Me gustaba la investigación aplicada en humanos, y fue siempre mi ilusión. En el momento de elegir una carrera, dudé entre medicina y biología, pero me decanté por esta última, porque quería trabajar en un laboratorio únicamente, no todo lo que implica la medicina y el trato con pacientes. Por eso, inicialmente, intenté realizar la tesina en la universidad, en el departamento de fisiología, pero no tenía nota suficiente, y no pude entrar, lo cual, años más tarde, agradecí tremendamente. Después de mi batacazo en el ámbito universitario, y con un expediente académico de lo más normalito, realicé un peregrinaje por distintos hospitales para que, entonces, en el año 85, me dejaran únicamente acudir como asistente voluntario. Y en todos ellos me dieron con la puerta en las narices.
Fue entonces cuando leí en el periódico la noticia de que había nacido la primera niña de FIV en el Hospital Ramón y Cajal, y ahí me dirigí, preguntando directamente por el jefe de servicio. Este, me remitió al Dr. Caballero, que entonces dirigía los laboratorios de reproducción del Ramón y Cajal. Cuando hablé con él, a pesar de no saber absolutamente nada de reproducción, me dijo que podía empezar al día siguiente, y así fue como comenzó mi andadura en el laboratorio de andrología.
¿Dónde y con quién hiciste tu aprendizaje?
En el Ramón y Cajal estuve trabajando cuatro años como asistente voluntaria, como es lógico, sin cobrar un céntimo y, sin embargo, más feliz que nadie. Allí pude realizar, primero la tesina de licenciatura y más tarde la tesis.
Cuando la enfermera del Dr. Caballero en su consulta privada se puso de parto, se le ocurrió que necesitaba alguien para cubrirla, y me pidió si yo estaba dispuesta a lo que, como es lógico, le dije que sí.
No llegué a trabajar como enfermera más que un par de días, porque entonces conocí a la Dra.Vázquez, que me fichó para el laboratorio.
Finalmente, y después de cuatro años en el hospital, me hicieron un contrato de facultativo especialista de área, con el que estuve 9 años, hasta que me marché.
¿A quién y por qué consideras tu maestro o maestra?
Hay dos personas a las que les debo todo lo que ahora soy profesionalmente: Pedro Caballero e Isabel Vázquez. Con el primero, aprendí, no solo laboratorio de andrología, sino a ver la medicina de la reproducción tal y como la siento ahora, y tal y como creo que debe de ser. Con él me sentaba a veces en la consulta, y aprendía el trato a los pacientes, tan distintos a otro tipo de pacientes, y algo que va más a allá de lo que se puede aprender en los libros. Y así hasta ahora…
Isabel Vázquez fue mi maestra y mentora en el laboratorio, y sobre todo, en el área de la criobiología, de la que es una experta. Como veterinaria, conoce a fondo técnicas y métodos que después hemos aplicado en humanos. Por ejemplo, aunque es un tema bastante de moda ahora, la vitrificación ya se realizaba hace más de veinte años….
Como anécdota, puedo contar, aunque esto no sirva de ejemplo a los jóvenes, que cuando me “interrogó”, al principio de trabajar con ella, yo estaba bastante avergonzada por no tener un buen expediente académico, a lo que ella me respondió: “Bueno, eso no es malo. Significa que además de estudiar, has vivido. Eso te convierte en una persona más normal”.
¿Cuáles son para ti los hitos más importantes de la evolución de la biología reproductiva humana?
La reproducción humana asistida, en todas sus variantes, es realmente espectacular. Pero personalmente creo que si hay una técnica que ha revolucionado el concepto de reproducción asistida, es el ICSI. La década de los noventa supuso un verdadero cambio, como lo demuestra el hecho de que actualmente, la mayoría de los centros realizan más ICSI que FIV.
Por otra parte, la criobiología también ha supuesto un paso importantísimo. Para mí sigue siendo un misterio, a pesar de conocer los fundamentos y bases de la misma, que podamos congelar gametos y embriones y puedan conseguirse gestaciones de esta forma sin ningún problema.
¿En algún momento el trabajo en reproducción humana te ha supuesto algún tipo de conflicto moral, ético, religioso o legal?
Trabajar en el laboratorio de embriología supone que en ocasiones te encuentres con conflictos éticos. No debemos olvidar que trabajamos con embriones humanos, y, cualesquiera que sean tus creencias religiosas, a veces se nos presentan dudas de este tipo. Por ejemplo, en el caso de realizar DGP de determinadas enfermedades, todavía no he resuelto que hacer con los embriones que una pareja no quiere donar, que son portadores de una enfermedad pero están sanos.
Para resolver este tipo de dudas, en nuestro centro decidimos crear un Comité de Ética formado por expertos en la materia que nos ayude a resolver estos problemas. Así, los casos en conflicto se presentan mensualmente y podemos llegar a un consenso de cómo solucionarlos.
Desde el punto de vista legal, los problemas más importantes se nos presentaron en el 2003, cuando la Ley de Reproducción Asistida nos obligaba a limitar el número de ovocitos a fecundar.
¿Cómo ves el futuro desarrollo de esta especialidad desde el punto de vista clínico?
La medicina reproductiva, desde mi punto de vista, tiene un futuro muy amplio desde el punto de vista básico. Sin embargo, clínicamente, a pesar de los avances realizados en distintos tratamientos de estimulación ovárica, creo que el desarrollo es más limitado. De hecho, creo que los avances que se produzcan en este sentido vendrán derivados de los que se realicen en el laboratorio, como ha ocurrido con la vitrificación de ovocitos, por ejemplo.
¿Te parece que la capacidad reproductiva de la especie esté deteriorándose?
Es posible que haya un paulatino deterioro de la producción de gametos tanto masculinos como femeninos. A pesar de que en nuestra experiencia, y realizando un estudio epidemiológico de la calidad de semen a lo largo de 12 años, no hayamos encontrado variación en el número y movilidad espermáticos, todos vemos en nuestro trabajo diario como cada vez hay más casos de baja respuesta/ baja reserva ovárica en mujeres jóvenes, y casos de mala calidad de semen.
Es indudable que la influencia ambiental tiene mucho que ver, y está ya muy estudiado como determinados aspectos en este sentido deterioran la capacidad reproductiva del varón y de la mujer. Sin embargo, todos conocemos casos de gestaciones espontáneas tras ciclos fallidos incluso de donación de ovocitos, con lo cual, soy optimista en cuanto a la capacidad de adaptación del ser humano al medio.
¿Tratamiento de la esterilidad/infertilidad o reproducción “a la carta”?
No estoy muy de acuerdo con este tipo de reproducción. Afortunadamente, la ley es muy clara en este sentido, y cuando hay que elegir un/a donante, a pesar de que los pacientes en ocasiones quieren elegir sus características físicas, les comentamos que la ley no lo permite.
A veces también he pensado que no permitir elegir determinadas características puede ir en contra de la autonomía del paciente. Pero, y de forma totalmente personal y subjetiva, también creo que estos pacientes deberían antes visitar un psicólogo para conocer si existen motivos que les impulsen a este tipo de elección.
¿Te parece bien resuelto el problema de los “embriones abandonados”?
En absoluto. De hecho, no está resuelto. Es un tema en el que urge que las autoridades tomen partido, ya que cada vez existe un mayor número de embriones en todos los centros de reproducción: embriones de mujeres mayores de 35 años que han donado a otras parejas, o embriones donados a la investigación en espera años y años de que haya algún proyecto.
¿Abogarías por límites claros entre asistencia pública y asistencia privada?
En un mundo ideal, no debería haber límites entre asistencia pública y privada, y me gustaría que no hubiera diferencias entre ambas. En realidad, los profesionales son los mismos, por lo que su trabajo también debería ser similar. Sin embargo, este no es un mundo ideal, y la medicina pública se regula de distinta manera, apoyándose sobre todo en factores económicos. Desde esta perspectiva, que lamentablemente no creo que cambie, siempre habrá diferencias entre los dos tipos de asistencia.
¿Qué piensas del tratamiento reproductivo de las personas sin pareja? ¿Y de las personas homosexuales?
Creo firmemente que la reproducción asistida es para quien la necesite. Y en este caso, es una alternativa frente a la adopción en parejas homosexuales o mujeres sin pareja. Sin embargo, personalmente opino, al hilo de la pregunta anterior y dejando a un lado temas políticos o de creencias personales, que los recortes en la medicina pública en este tipo de personas está justificado. Si hay que poner un índice de prioridades, primero trataría la esterilidad, y después la reproducción en mujeres sin pareja masculina.
Supongo que llegan a ti frecuentes solicitudes de trabajo. ¿Es, en general, buena la formación de los solicitantes? ¿Echas sistemáticamente de menos algún aspecto en su formación?
La formación de los biólogos (u otras especialidades de esta índole) actualmente, está años luz de la que había “en mis tiempos”. Sencillamente, porque antes no se daba formación en biología de la reproducción. Además, ahora, la mayoría de los biólogos han realizado un master en esta especialidad.
Sin embargo, sigo echando de menos la formación en andrología de los embriólogos. La mayoría piensa que trabajar en el laboratorio de reproducción es aprender a microinyectar como fin último, y casi ninguno da más importancia al estudio del semen, más allá de saber contar y ver la movilidad. En este aspecto, hay muy poca base y la formación es pésima.
Es por esto que he preferido siempre que la mayoría de los biólogos que han trabajado o que aún trabajan con nosotros no tuvieran formación y se la diéramos nosotros, empezando por el laboratorio de andrología antes de aprender embriología.
¿Qué cualidades te deciden a aceptar la colaboración de alguien que busca trabajar en un laboratorio de reproducción?
Sinceramente, y quizás al igual que hicieron conmigo, el curriculum me importa bien poco. Una persona que no sabe, puede aprender, pero quien no tiene ilusión e interés, aunque lleve muchos años trabajando, no aprenderá jamás. Por ello, lo que más valoro en alguien que quiera empezar a trabajar es la ilusión por la especialidad, las ganas de trabajar y la curiosidad por las cosas. Sobre todo, quiero que se cuestione todo, y que aprenda razonando, no “porque lo he dicho yo”.
En la práctica, ¿son importantes los aspectos éticos o se trata más bien de cuestiones teóricamente necesarias pero irrelevantes en la clínica diaria?
Los aspectos éticos son importantes en todo y en ningún caso irrelevantes. A pesar de que la escala de valores de cada individuo puede variar, existen unos valores comunes y consolidados que todos debemos respetar. Por ejemplo, cada uno puede tener una idea personal diferente sobre el estatuto del embrión, o sobre cuando comienza la vida humana. Pero todos en el laboratorio respetamos los embriones y adoptamos el mismo criterio.
¿Dónde se plantean más conflictos éticos, en la consulta médica o en el laboratorio?
Personalmente, creo que en la consulta médica, ya que los conflictos éticos van ligados a personas, y es en la consulta donde el médico, tiene que tomar decisiones que a veces plantean este tipo de conflictos.
¿Qué aconsejarías a quienes están empezando su aprendizaje?
Sobre todo, que, como decía antes, tengan ilusión, curiosidad, y que no se conformen. Hay que ir siempre adelante.